Show Notes
Atravesamos un momento histórico de profundo cambio social y cultural; una transformación que también se refleja en la realidad empresarial e institucional, donde la visión arcaica del trabajador/a explotado/a o del jefe/a tirano/a y abusador/a se ha convertido en una desgraciada excepción que tiene los días contados y que está abocada al fracaso.
A pesar de que pueda resultarnos, incluso, extraño de escuchar, empleador/a y empleado/a, no tienen por qué estar destinados a ser enemigos o a discrepar en todo lo que concierne a la relación laboral y contractual. Poco a poco hemos ido incorporando una idea que resulta esencial de cara a contar con una plantilla implicada, motivada y productiva. Hablamos del bienestar de los/as empleados/as, un término que puede parecer algo abstracto o excesivamente genérico, pero que es posible perseguir a través de técnicas, metodologías o herramientas relativamente sencillas y teniendo en cuenta factores que repercuten de forma directa, no solo en el estado de ánimo, sino también en el rendimiento del personal laboral. Una comunicación fluida, sincera y directa. Un equitativo y adecuado reparto de tareas, un ambiente y entorno que ayuden a reducir el estrés, un sistema de trabajo basado en la consecución de metas y objetivos concretos y el reconocimiento pertinente una vez se alcanza en estos un contexto que fomente el trabajo en equipo y las dinámicas de grupo son solo algunos ejemplos de medidas y actuaciones que se pueden llevar a cabo de cara a contar con empleados que se sientan parte activa del proceso.